junio 12, 2013

El patio y el rosal

® 2013 

Cuando tenía más o menos 3 años, un guajolote me atacó cerca de un rosal, en el patio de atrás de la casa de mi abuela materna. Con toda su fuerza se abalanzó sobre mí picoteándome por todos lados. Al escuchar mis gritos y los ladridos de un perro que fue testigo de la escena, la abuelita Marina salió rápidamente, me tomó en sus brazos, me metió a la casa, se dio la vuelta y regresó al patio a retorcerle el pescuezo a esa maldita ave que me dejó privada en llanto.

La abuelita  murió poco antes de yo cumplir 7 años. Tengo pocos recuerdos de ella, pero es ese, sin duda, el mejor de todos...